miércoles, 18 de abril de 2012

ABDUCIDA POR SERES EXTRAÑOS



Luego de 4 días de permanecer en ese estado concurre a un Sanatorio local donde es atendida por una profesional la que, luego de una minuciosa revisión le detecta una gran inflamación en la zona hepática, vesícula, páncreas, riñón y pulmón izquierdo, con afectación de estómago emitiendo un diagnóstico primario: cáncer de páncreas.

En forma inmediata solicita estudios, los que evaluados por otro profesional confirman el diagnóstico, procediendo la profesional a medicarla.



Pese a esto, el estado de E. R. se iba complicando obligándola a permanecer en cama; en su dormitorio, mientras oye el televisor ubicado en el comedor, entra en crisis sintiéndose flotar hacia una gran luminosidad, muy blanca y, cuando se halla próxima a ingresar a la misma, siente que es “…arrebatada por varias sombras…”, las que le manifiestan en un diálogo mental que “…no es el momento…”.



Y es allí cuando logra visualizar con nitidez a las figuras, comprobando a la vez, que se encontraba en otro sitio, y no en su dormitorio.

Totalmente lúcida y despierta, observa con detenimiento que se halla acostada sobre una especie de plataforma, de forma oval, notando sobre la misma una luminosidad intensa, que al parecer pendía de una especie de estructura o soporte, de un metro y medio de diámetro, de color plateado, al parecer metálico.

Alrededor de esta plataforma notó la presencia de 5 seres los que debatían sobre su crítico estado de salud.



La ubicación de estos seres era, uno a su izquierda y los 4 restantes a su derecha, los que le señalan que “…no hay otra alternativa que intervenir…”.



Luego de esto, el ser de su izquierda introduce uno de sus largos y finos brazos en el cuerpo de E. R., sobre su lado izquierdo, debajo de la falsa costilla, mientras era contenida por sus brazos, pierna y cabeza.

Siente que algo le era “…arrancado y arrastrado…” del interior de su organismo, produciéndole intensos dolores; lo extraído era entregado a los restantes seres.



Al intenso dolor le sucedió una sensación de vacío y un paulatino alivio que fue invadiendo por completo la zona afectada.




Si bien recuerda claramente las fisonomías de los seres, rescata de su mente expresiones provenientes de los mismos que referían: “…desde este instante dejarás de lado toda medicación…” y “…a partir de este momento serás otra persona…”.

Luego de un tiempo que no puede precisar, recupera su estado de conciencia, comprobando que se hallaba en su cama, pudiendo percibir nuevamente el sonido del televisor.



Al recordar la experiencia vivida, procede a palpar la zona afectada sintiendo un vacío, como que le faltaba algo y, al presionar percibe en su organismo los característicos dolores de un pos operatorio.

Transcurridos 2 días de la experiencia E. R. abandona su cama donde había permanecido por casi una semana, notando que sus dolores habían desaparecido casi en su totalidad.



Al día siguiente concurre nuevamente al Sanatorio para consultar a la profesional, la que le solicita en forma inmediata y en el mismo lugar, exámenes clínicos.



Con los resultados en sus manos y tras la consiguiente revisión, constata que los niveles de afectación habían disminuido notoriamente, al mismo tiempo que comprueba una lenta pero paulatina recuperación, puntualizando no contar con respuestas que expliquen el cambio o evolución observada.



Respecto de los seres, E. R. puntualiza que eran altos. delgados, de brazos muy finos y largos, las cabezas, si bien eran de tamaño mediano, destacaban un marcado volumen en la región occipital, sus bocas eran chicas al igual que la nariz, ojos medianos, rasgados hacia los costados, muy negros, caras angulosas, lisas, pequeño mentón, no pudiendo observar pómulos.



Si observarse vestimenta alguna, los cuerpos se mostraban de color azul plomizo y sus movimientos eran muy rápidos.



E. R. destaca no visualizar manos, ni tener la certeza de que hayan utilizado otros elementos durante la intervención, recordando eso sí haber notado una especie de plataforma pequeña, aislada, ubicada a la izquierda de su ubicación, al parecer metálica, de color plateado y muy brillante.

Es de señalar por último que R. E. se hallaba bajo estricto tratamiento por padecer de una Cardiopatía severa con lesiones en arterias, a la vez que sufría de una persistente Hipertensión arterial.



En la actualidad prosigue su cotidiana vida, su organismo si bien con algunos altibajos se halla estabilizado, sin mediar ingesta alguna de medicamentos.


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